La familia real británica siempre está bajo el escrutinio público, no solo por sus deberes institucionales, sino también por las relaciones personales y la evolución física de sus integrantes. Dentro de este último aspecto, los hijos de los príncipes de Gales —George, Charlotte y Louis— generan gran interés mediático.
Pero en particular, es la princesa Charlotte quien ha captado la atención de los seguidores de la realeza, debido al notorio parecido que tiene con su padre, el príncipe William y con su madre, Kate Middleton. Desde su nacimiento, la prensa especuló sobre a quién se parecería más la pequeña, y ahora parece haber una respuesta clara: Charlotte es prácticamente una copia infantil del heredero al trono.
Según un antiguo análisis del portal Vanidades, varios rasgos físicos y gestuales confirman este fuerte vínculo genético. A continuación, los detalles que lo demuestran:
1. El cabello rubio: herencia directa de William y Lady Di
La melena rubia de Charlotte es uno de los rasgos más evidentes que comparte con su padre, y también con su abuela, la recordada Diana de Gales. Tanto William como Diana fueron conocidos por su distintivo tono de cabello, algo que Charlotte lleva con naturalidad.
2. La sonrisa: una expresión familiar
Comparando fotos del príncipe William cuando era niño con las actuales de Charlotte, la similitud en la sonrisa es sorprendente. La forma de sus dientes, labios y expresión general resulta casi idéntica.
3. Ojos que revelan el linaje
La forma y expresión de los ojos de Charlotte también coinciden notablemente con los de su padre. Este detalle, más allá del color, ha permanecido constante en William desde su infancia.
4. Tono de piel: un rasgo compartido con Diana
Charlotte tiene un tono de piel claro y ligeramente apiñonado, el mismo que hacía sonrosar a Lady Di. Esta particularidad es otro punto que reafirma el lazo físico con su familia paterna.
5. Gestos y lenguaje corporal similares
Más allá de lo físico, los movimientos y expresiones corporales de Charlotte recuerdan mucho a los de William cuando era niño. Desde cómo se acomoda el cabello hasta su manera de saludar, los gestos son un espejo del joven príncipe en sus primeros años.
A sus pocos años, la princesa Charlotte ya se perfila como una de las figuras más queridas de la realeza británica. Y aunque muchos veían rasgos de Kate Middleton en ella, todo indica que la genética Windsor–Spencer ha tenido un peso determinante.