Las mechas que envejecen son todas aquellas que tienen un contraste demasiado exagerado o están muy marcadas, lo que se traduce en un pobre difuminado entre la base natural y el color de la mecha. Y es que todo aquello que suponga un contraste exagerado, que carezca de degradación, tanto en el color como en el corte, es un estilo que envejece el rostro.
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Los seis estilos de mechas que no son favorecedores y envejecen hasta 10 años
Mechas muy gruesas y muy claras: es el típico ejemplo de mechas de alto contraste sin ningún tipo de difuminado. Y, puesto que la base es más oscura que la misma mecha, el efecto resultante puede envejecer mucho más el acabado de la melena y, como resultado, el aspecto del rostro. Lo mismo sucede en machas oscuras con bases claras.
Tonalidades ceniza: es un color rubio grisáceo y frío que se asocia con las canas y suele añadir algunos años de manera poco favorecedora. En su lugar, es mejor optar por un tono más beige o por un clásico dorado.
Poca cantidad en melenas muy largas: en algunas ocasiones puede ocurrir que, cuando se aplican mechas sueltas y salpicadas en cabello largo, se perciben como una especie de hilos claros que se pierden en todo el cabello y no favorecen a nada. Casi como si fuesen canas naturales que no se integran en su totalidad.
Mechas que suman años
Cabello corto con mechas intensas: en los cabellos cortos, las mechas marcadas y contrastadas suman años de más. Incluso pueden dar una sensación de dejadez.
Tonalidades contrastadas en bases oscuras: al margen que las mechas sean rubias o no, si se usan colores que contrasten mucho con bases oscuras, el efecto conseguido será similar al de las canas.
Mechas desgastadas: las mechas que no tienen un cuidado adecuado tienden a volverse amarillentas o con tonalidad anaranjada con el paso del tiempo y que también envejecen el estilo personal.