En 2024 la plataforma de Netflix se lució con series tan exitosas que pasaron semanas en el top de las más vistas, entre ellas Los Bridgerton. Sin embargo, hay una que tiene una trama muy interesante y que merece la pena ver, se trata de Ginny y Georgia, una producción que estrenó su primera temporada en 2021.
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Aun cuando no fue muy publicitada en su estreno, la serie creada y dirigida por Sarah Lampert, resultó que en las redes sociales se hizo famosa por todos los comentarios sobre la temática de la serie, incluso subió sus puntos cuando la propia Taylor Swift participó del debate.
Es así como la segunda temporada llega y se posiciona en lo más visto de la plataforma de streaming, acumulando hasta 38,9 millones de horas vistas, reseña el portal El Español.
Los problemas de la adolescencia
Pero ¿De qué trata la serie que dio tanto de qué hablar? Ginny y Georgia nos sitúa en la vida de la adolescente Ginny, que junto a su madre Georgia y su hermano Austin, quienes se mudan a otra ciudad en busca de un nuevo comienzo. No obstante, junto a ellos viajarán los secretos del pasado de Georgia, que pondrán en peligro esta nueva vida.
El objetivo principal es empezar de cero después de la repentina muerte del segundo marido de Georgia. Ginny tendrá que aprender a adaptarse a una nueva escuela una vez más e intentar hacer amigos nuevos; y mientras se descubrirá a sí misma y también algunas cosas sobre el misterioso pasado de su madre.
La serie fue especialmente bien recibida por los suscriptores por su representación de los problemas de salud mental que sufren los adolescentes, tales como la ansiedad, la depresión o las autolesiones. Y, sobre todo, cómo muchos de los jóvenes viven con estos problemas en silencio, siendo incapaces de expresar cómo se sienten realmente o pedir ayuda.
En otras ocasiones, los problemas de salud mental se han representado como acciones violentas o impredecibles, culpando a las hormonas y atribuyéndolos a “una fase” o “problema propio de la edad”.
Sin embargo, Ginny y Georgia los trata con la delicadeza que requieren, animando a sus personajes a hablar de ellos llamándolos por su nombre y eliminando el tabú que sigue existiendo en la realidad.