Creada por Joe Brumm en 2018, Bluey se ha convertido en una de las series infantiles más queridas y populares de los últimos tiempos. Si bien una caricatura con perros como protagonistas podría parecer poco atractiva para los adultos, debes saber que ésta está muy lejos de ser “aburrida” o “boba”.
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A pesar de su público objetivo, Bluey se ha vuelto cada vez más popular entre los adultos e incluso se ha vuelto una tendencia en redes sociales hablar de los episodios.
Las lecciones que deja Bluey
Muchos podrán preguntarse qué es lo que separa a Bluey de otros programas de televisión infantiles y la respuesta es simple: es una caricatura divertida y honesta, no es condescendiente como muchas de sus predecesoras y profundiza en temas que pensamos que los niños no entenderían de forma que se vuelve digerible y hasta los invita a la reflexión.
La serie se centra en Bluey, el cachorro Blue Heeler de 6 años, y su familia, formada por su padre Bandit, su madre Chilli y su hermana pequeña Bingo.
El aprender buenos valores a través de juegos, aventuras y canciones son un básico de cada episodio pero no sólo se queda ahí pues Bluey se atreve a tocar temas más fuertes como la muerte, la diversidad y hasta el aborto, en un episodio en el que su madre pierde a un cachorro que estaba esperando.
En otro episodio, Bluey incluso aprende que hay mujeres que no pueden tener hijos y es parte de la vida. Por supuesto Esos temas siempre se manejan con tal compasión y cuidado que terminan siendo un abrazo para todos.
Por esto es que Bluey también es aclamada por los adultos
Aunque la mayoría de los episodios se centra en las lecciones que deben aprender Bluey y su hermanita Bingo, también hay algunas situaciones dedicadas a los adultos como el planteamiento de lo difícil que es el ser padres y la importancia de ejercer una crianza amorosa y respetuosa.
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Lo importante es que todos los episodios están aterrizados al lenguaje de los niños y a la vez para los padres de familia. Todas las historias tendrán un significado moral o más profundo detrás de ellas.
Es importante recalcar que la serie se esfuerza en no caer en los clichés que hemos visto en otras series infantiles con las que muchos crecimos en los 80, 90 y principios de los 2000 donde se retrata a un padre vago o inepto y una madre trabajadora, cansada y subestimada.
Al contrario, aquí se busca una representación de lo que es la paternidad moderna en la cual podemos ver a un papá Bandit quedándose en casa con los niños y haciendo los quehaceres del hogar como una obligación y no un acto heróico, mientras mamá Chilli va a trabajar. Del mismo modo, cuando mamá Chilli está en casa, Bandit se dedica a trabajar fuera. Aunque por supuesto, no deja de aceptar que una mujer siempre tendrá una mayor carga.
Así que en la historia, no sólo Bluey y Bingo aprenden grandes lecciones sino que en muchos momentos son Chilli y Bandit quienes aprenden a ser mejores padres y pareja.
Sin duda ésta es una serie que fascina a los niños y que los adultos no deben subestimar. Verla en compañía de tus pequeños es esencial e incluso si no tienes niños cerca, debes darle una oportunidad.
