Ni “gorditas” ni “pasaditas de peso”: el peligro de señalar cuerpos que ‘rompen’ estándares

Yuridia le ha puesto un alto a quienes se dedicaron por años a señalar su cuerpo

Luego de que Pati Chapoy reabriera la pelea que ha tenido por años con la cantante Yuridia, la indignación en redes sociales ha crecido y con justa razón. La titular de Ventaneando fue parte de una dinámica con el Escorpión Dorado en la que hizo declaraciones lamentables sobre el cuerpo de la intérprete de Qué agonía.

Lo primero que señaló fue que Yuridia se ha negado a darle entrevistas o a hacer apariciones en su programa de espectáculo y que todo se debe a comentarios que hizo en el pasado y que volvió a repetir sin arrepentimiento.

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La cantante no se quedó callada y respondió:

El peligro de avergonzar a las personas por cuánto pesan o cómo se ve

Por mucho tiempo los medios y la industria del entretenimiento en general nos han presentado mujeres cuyos cuerpos no siguen estereotipos de moda como la talla 00 o el famoso cuerpo de supermodelo o de infarto como “gordas” o “pasadas de peso” cuando realmente nunca fue así.

Famosas como Kate Winslet han hablado abiertamente sobre cómo los señalamientos sobre su cuerpo afectaron en gran medida su autoestima y con ello sus sueños de ser una gran estrella. “En mis 20, la gente hablaba mucho sobre mi peso”, dijo Winslet para The Guardián. “Ellos comentaban sobre mi tamaño, estimarían lo que pesaba, imprimirían la supuesta dieta en la que estaba. Fue crítico y horrible y muy perturbador de leer”.

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La sociedad asume que detrás de un cuerpo “grande” hay problemas de salud cuando en realidad la delgadez no es necesariamente igual a bienestar. Es discriminatorio pensar que un cuerpo de talla grande no está interesado en vivir bien y que por lo tanto, no necesita estar representado.

Sobre esto, hace unos días, la actriz mexicana Michelle Rodríguez también lanzó un contundente mensaje sobre los señalamientos a su cuerpo, especialmente tras haber posado en ropa interior para la portada de la revista Marie Claire. “Habito en un cuerpo grande y no me avergüenza. Lo cuido, lo honro, lo respeto y lo disfruto (...) Si mi salud estuviera mal, aun así, siendo una mujer enferma, también soy digna de ser portada de una revista, de ser amada, de ser deseada, de ser contratada y de existir en este mundo”

Nuestros cuerpos no son algo por lo que tengamos que disculparnosNo se trata de que una forma sea más estética que la otra o de darle gusto a la sociedad sino de sentirse verdaderamente bien por dentro y por fuera.

Nadie debería estar juzgando cuerpo ajenos

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Los elogios orientados a la apariencia perpetúan la idea de que los cuerpos más delgados son mejores. La persona que recibe el cumplido puede sentir la presión de mantener esa parte particular de su apariencia. El receptor puede sentir que si aparece en algún lugar luciendo diferente, recibirá menos elogios. El cambio de apariencia de alguien puede estar relacionado con un problema médico o de salud mental.

Aquellos que están en cuerpos más grandes que han cambiado pueden sentir que las otras áreas de su vida son menos importantes.

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El mundo insiste en hablar de lo ajeno le tiene miedo y odio a la diversidad de los cuerpo. No hay ninguna necesidad en señalar que una mujer está “pasada de peso” o “gorda”. Ni siquiera deberíamos estar opinando que alguien está delgado porque nunca sabemos qué está pasando detrás. Hay personas que luchan contra enfermedades complicadas y que la están pasando muy mal pero ante el mundo, se ven estéticas porque están delgadas o bajaron de peso.

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